Carlos Marín.- ¿Es el elbismo una corriente de ideas o grupos bajo su liderazgo, sus estrategias, sus modos de hacer política? De ser así, ¿dejará algo estable, importante en el sindicalismo mexicano, en su paso por el PRI o en el partido Nueva Alianza que usted creó? Elba Esther Gordillo.- No sólo creo, sino estoy convencida. He trabajado por ello. Me encantaría que algún día se vea que realmente traté de dejar huella en mi país con un tema que me importa sobre todo, que es la educación. Soy una mujer que por primera vez llega al cargo más importante en su organización, y no hay otra con el número ni con las características de mi gremio que tenga el liderazgo que tengo yo. He tratado de ser una reformadora de mi gremio; lo quise hacer en el partido en el que milité, por eso me corrieron. Hoy las hago en materia educativa, pero también ayer las hice. CM.- Pero usted está entre los malos de la película nacional… EEG.- Porque a las películas las producen otros y no uno. Y he sido sujeto de campañas de corrientes a las que no simpatizo. Al país le falta mucha cultura democrática. Ahí vamos con una democracia incipiente, pero falta democracia; con machismos muy acendrados, ancestrales. CM.-¿Acepta usted que algo en su conducta, personal y pública, contribuye a esto? EEG.- Probablemente … CM.- ¿Por ejemplo? EEG.- Encarar los problemas de cara. Normalmente, en la política se suelen hacer comentarios atrás o bajo la mesa. Yo no. Yo, el que me cae mal pues le digo: «Oye, estás mal», en su cara, y eso genera conflictos. CM.- ¿Cómo sortea la percepción sobre su holgado bienestar económico? EEG.- Creo que en lugar de sortearla, a veces la agudizo (ríe). CM.- ¿Cómo la agudiza? EEG.- Me gusta comer bien, me gustan los vestidos, ¿por qué voy a decir que no? Pero, ¿dónde está la diferencia en lo que se es y se siente y un vestido? Yo conozco muchísima gente que tiene mil veces más que una servidora… CM.- Y no viste tan bien. EEG.- No que vistan bien: visten de mal gusto, o simple y llanamente les gusta ocultar lo que tienen. Las fachadas son muy discretas, pero uno se mete un pasito y ve enormes jardines y ve grandes coches y dispendio. CM: ¿Y usted no tiene grandes jardines ni grandes coches? EEG: No, no, no, no. La que tiene una casa cómoda, bonita, amplia en cuanto a jardines, es mi señora madre, y con mi trabajo, el trabajo de mi hermana, y con su propio esfuerzo. CM.- ¿Ha considerado hacer público su patrimonio? EEG.- Lo tengo de hecho desde hace mucho tiempo, cuando fui senadora y diputada. CM.- ¿Y no han crecido sus bienes? EEG.- Pues sí, un poco. Han subido las casas de costo, no lo niego, ¡trabajo! A ver, señor Marín: yo trabajé en los setenta en un hotel aquí, en Reforma e Insurgentes, Vista Hermosa se llamaba entonces. CM.- ¿Y había buenas propinas? EEG.- ¡Claro!: 500 en la noche. Y yo tenía un club internacional, a donde iba el señor Agustín Barrios Gómez, iban empresarios; y no medaba pena servir la mesa. Y no me daba pena atender a las señoras ricas que soltaban su abrigo para darse el gusto y ponérselos. Salía a las tres de la mañana, y de ahí salía a la escuela en Nezahualcóyotl. Salía de Nezahualcóyotl y me iba a otro empleo, al CAPFSE, a contestar un teléfono… Y pertenezco a una familia, por un lado, de gente que le gusta el estudio, los Gordillo en Chiapas, y por otra de un abuelo finquero, vendedor del alcohol que hizo dinero. Bastante… CM.- ¿Piensa postularse a algún cargo de elección en 2009? EEG.- No. CM.- ¿Cómo viven su madre y sus hijas las críticas tan frecuentes que le hacen a usted? EEG.- Mi madre vive angustiada, a veces, pero también muy orgullosa. Cuando oye cosas agradables, cuando me ve trabajar, cuando va a un evento (conmigo) se emociona. La gente en la calle me saluda bien. CM.- ¿De veras? EEG: ¡Claro! Sufro con los medios de comunicación. CM.- ¿Los medios? EEG: Sí, bueno, los periódicos… CM.- Usted lidera el mayor sindicato de México, y tengo entendido que todos los del magisterio en América Latina; es cabeza de un grupo político; apoyó la creación de un partido; algunos de sus amigos o de sus cuadros trabajan para el gobierno de Felipe Calderón, ¿cómo vive tanto poder que parece dejar chiquito a cualquier secretario de Estado? EEG.- Lo que yo puedo decir es que mi pasión, mi grupo, o mi equipo y todo, es la organización cívica, y tengo amigos que hacen política. Yo estoy comprometida para las reformas; me comprometí desde que me fui de coordinadora (de la bancada del PRI en el Cámara de Diputados). Y cuando se vinieron los debates, las discusiones de la reforma, se movieron oposiciones interesadas al interior del partido donde militaba. Esto hizo que algunos diputados y una servidora formáramos algo que se llamó Fuerza Reformadora, con gente que destacó: Miguel Ángel Yunes, Roberto Campa, el licenciado Francisco Yañez. Cuando llegamos al cambio del gobierno y hubo posibilidad de platicar con el presidente Calderón, yo me atreví a promover a estas personas, pero no quiere decir que ellos estén subordinados a mí. CM.- Y su yerno en la Secretaría de Educación… EEG.- Y Fernando también, no lo quiero eludir: Fernando González, que se puede demostrar que como maestro lo está haciendo magníficamente. CM.- ¿La Iglesia en manos de Lutero... EEG.- Yo diría que el tercero constitucional en manos de liberales. CM.- Cuando se habla del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, ¿a cuántas personas nos estamos refiriendo? EEG.- A un millón 350 mil, aproximadamente. CM.- ¿Y cuando se habla de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, la disidente de su dirigencia? EEG.- Más o menos de unas 50, 60 mil… CM.- Sus lecturas, sus temas, sus autores, sus aficiones musicales, sus gustos artísticos. EEG.- Benedetti. Y me gusta el blues. Me gusta todo, depende del estado de ánimo. Me gusta el tango y cuando estoy en un plan romántico, los boleros. Y me encanta el baile. CM.- ¿Es muy enamorada? EEG.- No, un tanto romántica, eso sí. Pero yo creo que estoy enamorada del amor (ríe). CM.- Y esta Alianza por la Calidad de la Educación parece que va, que no hay marcha atrás, como dicen usted y Josefina Vázquez Mota. EEG.- Lo voy a decir con toda franqueza: la iniciativa de la Alianza es de mi organización. Lo hablamos con el Presidente de la República. Cuando hablan que por qué las alianzas, que si somos panistas, lo que no ha quedado claro es que las cosas que hablamos con el presidente Calderón es que iríamos juntos a mejorar la calidad educativa. Necesitamos que los maestros estemos pendientes de la farmacodependencia, de los problemas de violencia intrafamiliar. En nuestro país no hay instituciones educativas para niños de alta inteligencia, o niños de lento aprendizaje que a veces no son «retrasados mentales», sino que faltan algunos estímulos para que ese niño dé lo que tiene que dar… CM.- Los profesores del movimiento de Morelos, ¿son profesores que usted definiría como desinformados, o manipulados? EEG.- Hay maestros en ese movimiento que realmente están siendo sorprendidos por corrientes políticas que no necesariamente están preocupadas por la educación. Además, está comprobado y no dicho por mí, sino por las instituciones que competen, hay una realidad que no la podemos ocultar: la corrupción de las autoridades y de las dirigencias sindicales en determinado nivel. En los setenta y ochenta, heredar al hijo la plaza fue una «conquista», y así eran los tiempos. CM.- Y también dirigentes que las mercaban. EEG.- Y hacían todo. Era un desorden. Esto lo fuimos viendo, pero cada día se fue corrompiendo, y corrompiendo más. CM.-¿Qué le dice el 68? ¿Qué piensa de la rebeldía? EEG.- Libertad... CM.- ¿Usted llora? EEG.- Mucho. De veras, pero no ante usted; a solas con usted tal vez, pero ante esto (señala las videograbadoras). Pero le voy a regalar una imagen bonita: Elba Esther sabe querer, sabe llorar y, como usted, tiene todas las necesidades del mundo…
jueves, 23 de octubre de 2008
¿Reir o llorar?
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