Necesitamos de tus contribuciones, ideas, informacion, fotos y/o amenazas. Por favor envialas a verdadensonora@gmail.com

sábado, 8 de noviembre de 2008

¿Accidente o atentado?

México fue una excepción en el mundo. No tuvo tiempo para sorprenderse con la elección de Barack Obama como presidente de Estados Unidos, aunque ese país era uno de los más interesados en los comicios por su cercanía política y geográfica con Washington. Porque el mismo martes de las elecciones, terminó inmerso en una tragedia de grandes implicaciones. La razón fue, en apariencia, un hecho fortuito: la caída de un Lear Jet de nueve plazas en una zona prestigiosa de Ciudad de México, cerca de donde empiezan las Lomas de Chapultepec, un área de lujosas mansiones. El caos causado por ese accidente, en el que murieron 14 personas, se agravó cuando se supo que entre los nueve ocupantes del jet estaban Juan Camilo Mouriño, secretario de Gobernación (ministro del Interior) y un político cercano a Felipe Calderón, y José Luis Santiago Vasconcelos, uno de los hombres fuertes de la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico.

La noticia no sólo obligó a Calderón a regresar de Guadalajara para ponerse al frente de la tragedia. También puso a pensar a México si verdaderamente se trataba de un accidente. De hecho, los dos discursos del Presidente desde el desplome de la aeronave parecieron referirse más a las víctimas de un plan macabro que a las de un hecho fortuito. No en vano ordenó en su discurso del 6 de noviembre, durante la ceremonia fúnebre, investigar por qué cayó el jet en plena Ciudad de México, razón por la cual envió las dos cajas negras a Estados Unidos. Y, como escribió Ricardo Alemán en su columna del diario El Universal, "especula tanto el que señala que fue un atentado como el que se aferra a que fue un accidente", y "los narcotraficantes son capaces no sólo de matar policías, sino de tirar aviones".

"Desde cuando llegó el presidente Calderón hay un combate frontal contra el narcotráfico y por eso han aumentado los niveles de violencia", explicó a SEMANA Jorge Chabat, especialista en crimen organizado y seguridad nacional del Centro de Investigación y Docencia Económicas, con sede en Ciudad de México. En efecto, a raíz de esa lucha, para la que Calderón ha dispuesto unidades especiales de militares, algunas bandas se han fragmentado y otras están luchando entre ellas para redefinir las rutas y asegurar el control territorial en un país por el que pasa la mayoría de la droga producida en Suramérica hacia Estados Unidos. Esta situación ha causado los asesinatos de entre 3.000 y 4.000 personas en 2008.

Por este tipo de situaciones y por atentados como el ocurrido en Morelia durante las celebraciones de independencia, en septiembre pasado, el diario La Jornada habla de "un entorno de pavorosa inseguridad". Además, el gobierno ha logrado varios éxitos, como la reciente captura de Eduardo Arellano Félix, jefe del temido cartel de Tijuana, uno de los más poderosos del mundo.

Por eso, una retaliación por parte de las bandas no es una idea descabellada. Más aun si se tiene en cuenta que los ocupantes del avión eran de alto perfil y se caracterizaron por su oposición vehemente al narcotráfico. Mouriño, un político joven, de origen español y nacionalizado mexicano, coordinaba varios temas relacionados con la protección civil y la seguridad nacional. En ese sentido, además de su cercanía con el presidente Calderón, era una pieza clave. Vasconcelos, por su parte, fue durante el gobierno de Vicente Fox el principal responsable de combatir el crimen organizado y en el mandato de Calderón fue nombrado subprocurador de Asuntos Jurídicos y Relaciones Internacionales. Recientemente había pasado a trabajar de la mano de Mouriño en un conjunto de reformas de seguridad y justicia penal. Por sus labores fue amenazado y en enero de este año reconoció en una entrevista que el cartel de Sinaloa había intentado matarlo.

Más allá de estas hipótesis, lo cierto es que todavía no hay nada claro y los analistas coinciden en no aventurarse. Y es cierto: hasta que no se esclarezcan los hechos, la teoría más aceptada sigue siendo un accidente. "Todavía no podemos afirmar nada categóricamente, pero las condiciones en las que se da la caída del avión son extrañas", afirmó a SEMANA Gustavo López Montiel, director de ciencia política de la Universidad Tecnológica de Monterrey. De cualquier manera, que se piense siquiera en la posibilidad de un atentado ya es un hecho suficientemente delicado que debe encender las alarmas en México para reforzar la lucha contra el crimen organizado. Por eso Chabat añade: "todo depende de cuál sea el origen de la caída. Si es un atentado, el impacto sería evidentemente mucho mayor, pues obligaría a replantear la estrategia de combate al narcotráfico y sería una muestra del poder de las mafias".

En cualquier caso, lo evidente es que para México, la pérdida de sus hombres fuertes representa un trag o amargo en la lucha contra el narcotráfico, pues, como resaltó López Montiel, la tragedia rompe el proceso que se estaba llevando a cabo para combatir a las mafias y deja al país sumido en un vacío político. Eso lo dejó claro un editorial del diario La Jornada: "Por principio de cuentas, la pérdida del titular de Gobernación, a quien corresponde la coordinación del gabinete, obliga a una reconfiguración urgente del aparato del Ejecutivo federal e introduce factores inesperados de incertidumbre en el panorama político del país".

En el caso del presidente Calderón, la caída de la aeronave tiene otra implicación. A mediados del próximo año hay elecciones legislativas y una de las labores del secretario de Gobernación es articular lo que el Presidente busca en términos de políticas públicas, por lo que es un actor clave para que en el Congreso haya mayoría. En parte por eso, Calderón escogió para ese cargo a un hombre de su entera confianza y cercano políticamente, como Mouriño. Ahora, en un momento de incertidumbre política y económica, Calderón está en la obligación de reconfigurar su gabinete político y nombrar a quien será el tercer secretario de Gobernación en los últimos dos años.

Sin embargo, hoy el tema electoral es secundario. Las primeras planas de los periódicos mexicanos resaltan la misma inquietud que ronda entre los ciudadanos y hasta en redes sociales como Facebook: ¿Se trató de un atentado? Y aunque ese tema puede demorar en resolverse del todo, lo cierto es que el 4 de noviembre no será recordado en México sólo como el día en que ganó Barack Obama, quien ofreció el pésame a su futuro colega, sino por el accidente aéreo que conmocionó no tanto al D. F., como a todo el panorama político de ese país.

No hay comentarios: